viernes, 11 de febrero de 2011

Cuidado con la reputación online, personal o corporativa.

Construir una reputación corporativa no es una labor fácil. Aspectos relacionados con la competencia y el valor agregado de los servicios prestados son, junto con la constancia, la perseverancia, el compromiso, la honestidad y la calidad asociada a nuestra marca, aspectos determinantes en la construcción de la reputación online.

Hace apenas dos años la pérdida de la reputación online era la mayor amenaza que debían enfrentar las empresas, sin embargo, la eclosión de las redes sociales ha aumentado la velocidad con la que se crean expectativas y por lo tanto, la credibilidad de los consumidores puede venirse abajo en cuestión de segundos.

Por otra parte, la construcción y gestión de una óptima reputación es una de las principales fortalezas de las marcas en relación al valor agregado a sus productos.

Estamos por lo tanto ante una variable totalmente determinante para las marcas, todas ellas, que si bien cuesta un arduo trabajo en lograrse, se puede perder de forma inmediata.

Es por este motivo que cualquier crisis vinculada a la reputación debe ser gestionada con celeridad y desde el principio de la detección del problema.


Y si bien es cierto, han sido las redes sociales las que se han encargado de echar por tierra muchas reputaciones, también son plataformas idóneas para exponer una buena reputación y lograr alianzas y sinergias que abran horizontes para nuevos negocios.

Los medios sociales son ciertamente positivos para las marcas, sin embargo no se debe perder la perspectiva; cualquier comportamiento que se aleje de la calidad, el compromiso y la ética, se paga con la pérdida de la reputación, bien personal o bien asociada a la marca o producto.

Uno de los principales riesgos a los que se enfrenta ante una perdida de reputación es la privacidad; si bien es cierto que existen herramientas que permiten la protección de ésta variable, son muchas las personas que no los activan hasta que es demasiado tarde.

Ejemplos de comportamientos imprudentes que han supuesto la pérdida de la reputación online existen muchos, sin embargo los más comunes son casos asociados a personas pertenecientes habitualmente al segmento más joven, donde comportamientos relacionados con sus relaciones personales que quedan plasmados en las redes sociales, videos o comentarios, pueden llevar a una dificultad añadida para ser tenidos en cuenta por las marcas en busca de profesionales, así como en sus puestos de trabajo.

Internet y las redes sociales han hecho pública nuestra reputación, es por este motivo que conviene tener muy presente que ahora más que nunca, la máxima “acto – consecuencia” adquiere dimensiones hasta ahora desconocidas y a las que, tras años de especulación y actuaciones al margen de la ética y la transparencia y llevadas a cabo por quienes manejan los hilos del poder, no estamos muy acostumbrados.

Para construir y mantener una buena reputación online:

*Comprométase únicamente a aquello que puede cumplir

*Opte siempre por satisfacer las necesidades de sus potenciales clientes

*Actos consecuentes con sus palabras, un axioma del que no debe apararse.


En conclusión, aunque parezca que son únicamente las empresas las que deben preocuparse por su branding corporativo, no se debe olvidar que transitamos por el ciclo de los negocios sociales, lo que implica que la reputación online de las personas que están detrás de las marcas, es tan determinante que su pérdida no sólo afectará a la evolución de la marca, sino y lo que es más importante, a su desarrollo y oportunidades futuras.

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